Aunque no es la única forma, las ideas pueden surgir de forma individual, antes de una reunión de equipo o previo a realizar una presentación de un proyecto. Luego, la persona compartirá su pensamiento con otros miembros de la compañía para posteriormente volver a darle un giro a todo lo comentado, de nuevo en solitario. En estos momentos que se suceden a diario en el trabajo y también en ocasiones en las que alguien necesita tomarse un respiro o hablar por teléfono en un ambiente silencioso y tranquilo, la Quiet Room se convierte en el espacio idóneo para el usuario. Hay personas que pueden trabajar y producir al 100% mientras escuchan música o están rodeadas de un ambiente ruidoso. Otras, en cambio, necesitan de una sala o lugar donde no haya ruido para poder centrar su atención y conseguir sus objetivos. Pero todas ellas, en algún momento, precisan parar unos instantes durante la jornada de trabajo.

Ya sea para concentrarse durante una tarea, para tener una conversación telefónica o videoconferencia, sin perder privacidad ni escuchar ruidos de fondo o simplemente para dejar la mente en blanco unos minutos. La Quiet Room es un espacio funcional y muy agradable para cualquier usuario del workplace. Permite poner en práctica la fórmula idónea para lograr la máxima productividad: la que combina los momentos de trabajo colectivo y los de trabajo individual. El diseño de un espacio silencioso donde concentrarse, hacer una videollamada o descansar en solitario puede adoptar diferentes formas. Salas individuales totalmente cerradas, cabinas de insonorización sonora, módulos que compartimentan el espacio y crean pequeñas zonas de privacidad. Cualquiera de ellas es válida mientras consiga que la persona encuentre un espacio agradable para disfrutar individualmente o en pequeños grupos y en cualquier momento que lo precise.