Es imposible imaginar un espacio de trabajo sin luz. Ya sea natural, artificial o la combinación de ambas, cualquier lugar en el que se desempeñen tareas laborales durante largas jornadas precisa de una iluminación que evite la fatiga visual, ayude a la concentración y contribuya a la sostenibilidad y ahorro energético de la compañía. Pero, además de esto, ¿qué otros beneficios aporta un buen diseño lumínico a los usuarios? En este artículo, Jordi Ballesta nos desvela algunas razones por las que debemos invertir en un diseño de iluminación pensado para el confort de las personas.

Texto:  Jordi Ballesta,  ingeniero técnico, lighting designer y co-fundador del estudio www.anoche.eu. Créditos proyectos: Office workspace Barcelona (Proyecto y fotografía  Tac_Arquitectes),  Oficinas MCI Ginebra  (Proyecto y fotografías Bloomint Design),  Oficinas CISCO Barcelona (Proyecto CBRE Spain, fotografías Anoche Lighting Design).

“La iluminación es una parte fundamental en el acondicionamiento ergonómico de los puestos de trabajo”. Así comienza la publicación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España, titulada “Iluminación en el puesto de trabajo. Criterios para la evaluación y acondicionamiento de los puestos” y elaborada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT). Un documento divulgativo que sirve como guía a las compañías para cumplir con la normativa existente que regula parámetros de iluminación en los espacios profesionales. Y es que la luz es mucho más que seleccionar unas cuantas lámparas y luminarias.  

Al diseñar la iluminación de un espacio de trabajo hay que pensar en aspectos relacionados con la ergonomía, la eficiencia, la jerarquización y en definitiva, en la usabilidad de los espacios. Pero también es hablar de salud,  de optimización de recursos, de ritmos circadianos y de estado de ánimo. Todos estos conceptos relacionan directamente la luz con las personas, aunque no siempre se tienen tan presentes los segundos como los primeros al configurar el sistema lumínico más adecuado para el workplace. Por ello, ser conscientes de los beneficios que aportará a los usuarios es la mejor manera de no olvidar ninguno de ellos.

El usuario, protagonista en el diseño de un proyecto de iluminación

En nuestro estudio, al empezar un proyecto siempre ponemos al usuario como actor principal. Os resumo algunos de los beneficios de diseñar la luz usando esta metodología:

• Mejora el estado anímico de las personas: los humanos somos animales, y como tales la luz influye en nuestro estado de ánimo. Por ello, diseñar la luz natural de manera conjunta con un sistema de iluminación artificial que contemple los ritmos circadianos e imite el ciclo solar nos ayuda a sentirnos bien y a trabajar de mejor humor.
  
  
• Potencia la comunicación y relaciones sociales: Diseñar espacios que cuenten con una iluminación adecuada a la escala humana ofrece una atmósfera que invita a tener conversaciones espontáneas y agradables con otras personas. Hay que crear espacios de encuentro entre el equipo de trabajo.
  
  
• Trabajar en un espacio confortable: Con la ayuda de la luz, podemos jerarquizar espacios y esta jerarquía, comprensible de manera rápida por nuestro usuario, ayuda a entender de manera clara las distintas actividades que se realizan en cada espacio. Es como un diccionario visual de lo que le rodea que nos ayuda a la compresión del contexto en el que trabajamos.
  
  
• Personaliza la experiencia de usuario: No todas las personas son iguales, ni necesitan lo mismo. La domótica, el control y los sistemas inteligentes de iluminación permiten regular la luz según el momento y las tareas de cada usuario sin afectar a los demás, para que las personas disfruten de una experiencia personalizada y agradable.
  
  
• Refuerza los valores corporativos: Mediante el diseño de iluminación podemos poner en valor la personalidad de la compañía, comunicar los valores de marca y reforzar el sentimiento de equipo, además de ofrecer una descripción visual de la compañía a los usuarios externos, clientes y colaboradores.

La sostenibilidad lumínica al servicio de las personas

Ya no existen los proyectos que no se marquen como objetivo la sostenibilidad y el ahorro energético. Un diseño de iluminación pensado y racional, que prevea incorporar un sistema lumínico con fuentes de luz de alta eficiencia, combinado con un buen planteamiento de control lumínico, que relacione cada uno de los espacios con su uso, permite ahorrar hasta un 80% de la energía que se emplea en los espacios de trabajo y reduce la huella ecológica.

Una vez superados los certificados energéticos tales como LEED o BREAM, la aparición en el mercado de proyectos que buscan cumplir además con certificados tipo WELL son una gran noticia. Este certificado unifica por fin parámetros que ponen en relación el diseño, los materiales y la iluminación con el único objetivo de conseguir un mayor bienestar de las personas en su puesto de trabajo. Estos certificados superan conceptos arcaicos que se concentran en el simple valor de la eficiencia energética y nos permite poder hacer planteamientos de diseño que hablan de la calidad de la luz en lugar de solo la cantidad.

En un contexto en el que la salud y el bienestar ha pasado a primera línea, los profesionales y actores del sector, tenemos la oportunidad de poner en valor nuestro trabajo creando espacios que contemplen estos factores. Le Corbusier decía que la arquitectura es “el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”. Y precisamente realizar un buen diseño de iluminación consiste en encajar todas las piezas existentes en exteriores e interiores, para conseguir una luz que aporte felicidad y confort. Por ello, de nada servirá pensar en la funcionalidad de los espacios de trabajo si no se tiene en el centro a las personas, que son las verdaderas protagonistas de cualquier diseño.